Nobuyoshi Araki

Más que fotógrafo o artista Nobuyoshi Araki tiene aspecto de estrafalario viejo verde tras una cámara de medio formato.Las feministas piden su cabeza, le tachan de misógino, enfermo, monstruo depravado, sin ver más allá de el papel, sin fijarse enel profundo estudio del genio sobre la vida, la muerte, el amor y un sentimiento de soledad que hace daño.

Este japonés que considera la fotografía como “obscena, una acción amorosa, una falsa violación, un haiku” o “un viaje sentimental”, no deja indiferente a nadie.Es capaz de retratar a su mujer en su luna de miel, sobre una barca, dormida, y recordar el momento con una ternura que estremece, mientras dice que es la mejor fotografía de su carrera, y más tarde pasar un año fotografiando el cielo de la ciudad tras su muerte. Disparar ante su madre muerta para enseñarle al mundo lo que era la verdadera elegancia o en contraposición, hacernos participes de un ménage à trois, de la lujuria y del juego sadomasoquista de los suburbios sexuales de Tokio.

Sus imágenes, buenas, malas, indiferentes, reflexivas, lascivas, eróticas, anarquistas, espeluznantes, sentimentales, se acumulan de forma abrumadora en nosotros, y dejamos de ser público frente a un papel, para introducimos de lleno en la cabeza del creador, en el caos de las originales y perturbadas ideas de un hombre romántico.

Deseo que sean de vuestro agrado